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domingo, 20 de marzo de 2011

No todo es lo que parece.

Me sumerjo en un mar de amargura y llanto.
La palabra ''felicidad'' sólo me trae recuerdos vagos de un pasado sin sentido.
Mirar al cielo... ¿Para qué? Para qué mirar hacia el futuro? Porqué emocionarse por el porvenir? Si no tienes el empujón, ESE empujón que te insta a hacer lo imposible.
ESE que necesitas para progresar, seguir adelante. El que te guía con seguridad.
La frase: ''No mires hacia atrás''

Pierde su valor.

Es tarde.

Ya he mirado atrás.

Ahora entiendo el porqué.
Cuando dicen que te dirijas al futuro sin recordar el pasado, me aflije.
Porque al mirar el pasado, encunetras todo roto. Todo destruido.
Todo el mal que has creado queda en el pasado.
Los errores ''de las que se aprende'' jamás se olvidan.
Siguen ahí, latentes. Y atormentándote, siguiéndote día a día.

Pero cuando quieres regresar a repararlos, no puedes.
Lo hecho, hecho está.
Y sólo puedes guardarlo como un mal recuerdo más.
Una imagen de un hecho tormentoso.

Es así como me siento.
Mirar hacia el pasado oscuro y esperar al futuro anhelado. ¿Anhelado?
Pero por ahora, sólo puedo quedarme en el presente.
Aceptar las consecuancias del ayer,
y esperar al mañana.

No quiero vivir con una falsa máscara.
No quiero cargar el sufrimiento que me atormenta.
No quiero vivir así.




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