Abuelos, los hecho de menos.

Porque no sé qué sería de mi sin ustedes.
Sus consejos, sus abrazos, sus risas
Todo.
Porque sin ustedes no puedo vivir, no puedo seguir.
No es lo mismo.
Con ustedes aprendí tanto;
a caminar, a decir mis primeras palabras, a querer, a comprender
Les debo, toda una vida, porque me ayudaron en los momentos más dificiles.
Lloramos juntos, reímos juntos.

Pero yo sabía que tenía que tomar un rumbo diferente, un camino para crear mi futuro.
Y fue entonces cuando me encontraba preparando mis cosas para el viaje; estaba en mi cuarto, con un nudo en la garganta.
Estaba feliz, porque de nuevo volvería con ella después de tantos años sin vernos; mi Mamá.
Pero también estaba triste.
Qué significa estar juntos durante 13 años, y que luego tengas que separarte de los que más quieres y les debes hasta la vida?
Con los ojos llenos de lágrimas, me senté en mi cama, entrelazé mis dedos, y me puse a pensar.
Fue entonces cuando entraste y me viste así.
No sabías cómo reaccionar, pero sabía que estabas dolido.

- Te quiero abuelo, te voy a extrañar -

Fue cuando estallaste en lágrimas y me abrazaste. Cuando me dijiste que nada iba a cambiar, que siempre íbamos a estar juntos, que yo era fuerte.
Pero en ese momento, no lo era.
Mi escudo se había vuelvo de papel, frágil. Que estaba apunto de romperse.

Nos quedamos abrazados, llorando. Y consideré aquello el momento más triste que podía haber imaginado.
Fue la despedida, lo que nos separaba luego de tantas aventuras, tantos sentimientos.

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Saliendo con el equipaje, me quedé observando todo.
La casa, mi cuarto, mis cosas, todo.
Doy la vuelta, memorizando todo aquello para convertirlos en una imagen de mi conciencia.
Mierda!
Cómo iba a extrañar todo eso.

Aún llorando, apareciste Abuela.
Sonriendo.
Pero esa sonrisa no llegaban a los ojos.
Y amenazaba fuertemente, que en cualquier momento ibas a estallar en llantos.
Sé que eras fuerte, que te negabas a llorar, pero fue entonces cuando te dije:

- No es necesario que atajes esos sentimientos, abuela-

Me abraza fuerte, y empieza a llorar.

Fue cuando se desmoronó todo. No podía, realmente no podía.


Finalmente, debía marcharme.
Con los ojos hinchados, me despedí de ellos.

- Los voy a extrañar, mucho -

y me dirigí al coche, rumbo al aeropuerto.
Di una última mirada a aquella casa; estaban ellos, juntos abrazados, llenos de lágrimas.
Es hasta ahora, que no puedo sacarme esa imagen de mi mente.
Es lo que me dá fuerzas, lo que me insita a seguir adelante.
Por ellos vivo, por ellos respiro, por ellos muero.

Los amo, más que a nadie.
Ustedes son mi vida.
Sin los dos, yo no vivo.



Abuela y Abuelo, los amo con todo mi corazón. <3